Florencia Costa 5to 1era tm

A Diferentes momentos,
Diferentes vistas,
Mismo trayecto,
Mismo destino.
Un recorrido que hago casi todos los días de la semana, cuando voy a hacer la actividad de rutina más divertida y satisfactoria para mí: el deporte, específicamente el handball. En estas fotos (y video) capté momentos en distintos días y horarios donde se plasma cómo cambia la ciudad y el mismo medio de transporte al que yo accedo antes y después de mi entrenamiento.



















Estas fotos son la descripción perfecta de mi estado de ánimo.
Cansancio, tal vez sea por la fatiga después de casi cuatro horas seguidas de entrenamiento, tal vez es la sensación de no estar en una zona de confort ante tantas personas juntas en un mismo espacio, tal vez como mucha de estas el fin de un día largo de estudio, yo hago handball en la UBA, en ciudad universitaria, donde estudian un montón de chicos desde biología hasta arquitectura con mochilas enormes y también maquetas que incomodan aún más el viaje a todos los pasajeros, o tal vez, simplemente la oscuridad. En esa media hora de trayecto me pregunto que cosa hice bien y que cosas mal, que podría cambiar para no llegar cansada al final del día, pero no sé si las soluciones van a ser duraderas o la temporalidad y la rutina me van a llevar a vivir la misma situación todos los martes y jueves a las 23:10 de la noche.
En cambio los sábados a las 10:10 de la mañana me contagia la vitalidad, dónde influenciado por una larga noche de sueño, estoy impulsada y con energía para realizar todas las actividades que se me afrontan, también el sol de la mañana, la luz es parte de este impulso que hablo. Ya sé que también a esa hora la mayoría de los pasajeros son estudiantes, que contrario a mí tal vez se pasaron toda la noche estudiando y no cuentan con la misma energía que yo, y sus sensaciones sean muy similares a las del colectivo de las 23:10, pero mirar hacia la ventana y observar a la gente caminando sin apuros ni obligaciones me hace sentir entusiasmo y tranquilidad de que yo puedo hacer que sea un gran día.



El colectivo tal vez sea una simple excusa para admitir que lo que altera mi estado de ánimo es el cielo, las noches son largas, aburridas, los días son cortos, se pasan rápido…
Y yo aunque en este viaje rutinario voy y vuelvo hacia mi lugar favorito a realizar esa actividad que tanto mueve y me mejora a mí, tengo que saber que la influencia del cielo en mis pensamientos va a ser que estas sensaciones de cansancio y vitalidad roten conforme esté predeterminado… o tal vez, destinado.

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